El Chango Spasiuk presento Eiké, un material grabado en pandemia, que sale a luz ahora para que los rosarinos hayamos podido gozar de una muestra de música en estado superlativo.
Eiké es en idioma guaraní, «entra»….»entra en mi alma». Y vaya si lo hicimos. Una sala como Fundación Astengo desbordada y explotada de sonidos en su máximo nivel, que nos sedujeron a entrar en el alma, sin ninguna duda.
Escuchamos a Pablo Arrieta y Guillermina Ana, ponernos en clima, mientras el Astengo se iba llenando de rosarinos, creo que sin imaginarse el espectáculo de sonidos que estaban a punto de recibir.
El éxtasis duro casi 3 horas, donde vimos a un Chango que no se movió de su silla, entregando, ofreciendo, dando espacios, generando climas únicos.
Nos ofreció una obra tremendamente cuidada, eligiendo los sonidos necesarios en las diferentes propuestas de ésta noche. Y para ello, no escatimó en invitar a músicos de jerarquía para embellecer y sacarle mas brillo aún, a cada uno de sus productos musicales.
Eligió a artistas que ensamblaron su talento, su pasión, energía y las diferentes personalidades en pos de un proyecto del Chango al servicio de la música de primer nivel. El arpista Paraguayo Sixto Corbalán, Rodrigo Sosa de Cuba en los aerófonos con una entrega y una fusión con el instrumento que de pronto no sabías si él lo dominaba o si era encantado por esa flauta. El tecladista Matías Martínez, nuestro rosarino querido Franco Luciani y su armónica, Marcelo Dellamea , Diego Arolfo, de Coronda en guitarras, el violinista santiagueño Pablo Farhat, el violoncello a cargo de Eugenia Turovetzky y el increíble y carísmático Marcos Villalba, todo combinado con sonidos originales del disco en algunos temas gracias a la tecnología.
Desde «Siete hileras» del gran Isaco Abitbol, ejecutado en el primer instrumento que le regalo su padre, a Pynadí (Los descalzos), Canción de amor para Lucía, Gratitud, Mejillas coloradas, Lucas, Improvisación para Juana y Polca de Juana, Puerto Tirol, Puestero Lobizón, Mi pueblo, mi casa, la soledad, y más y más…
Y parecía que cerraba con Libertango , con toda su banda y los invitados de lujo, ante un auditorio exultante, y se le ocurre desembarcar de ese viaje por su alma, con Km 11 y por supuesto, descendimos enloquecidos a la orilla…a la orilla del puro chamamé.
Sin dudas Horacio «el Chango» Spasiuk, ha superado las fronteras musicales, a protegido a el chamamé y su verdadera historia, lo ha tratado con amor, con buen gusto, con una estética muy cuidada. Entendiendo que lo tradicional es dinámico, porque es la expresión de seres dinámicos, en constante movimiento intelectual y cultural.
Fuimos testigos de un espectáculo de primer nivel internacional en la presentación de Eiké! «Entra» en el alma de éste disco de la mano de un gran artista, el talentosísimo Chango Spasiuk.