«…LA MANDÉ CONSTRUIR AZUL Y BLANCA…»

“La mandé construir azul y blanca”.

Después de más de 200 años, alguien en  mi ciudad propone  la instalación de una placa, sobre la fachada posterior del Monumento Nacional a la Bandera,  al recuerdo de María Catalina Echevarría.

Hija de vascos y huérfana de pequeña es adoptada por una familia de comerciantes rosarinos que la educaron como si fuera su propia hija, los Tuella. La educación de las mujeres en aquellos días se limitaba a las tareas hogareñas y sobre todo a la costura. María se habìa especializado en ello. Al quedar sin sus padres aprende de manera casi obsesiva todo lo que le enseñan. Se destaca en varias actividades, pero por sobre todo en la costura.

Los Tuella tenían una tienda y mucho trabajo. Pero por sobre todas las cosas, los Tuella tenìan un gran amigo…Manuel, Manuel del Corazón de Jesús Belgrano. Nada más ni nada menos…

Por esos años, Belgrano andaba por éstos lados para hacerse cargo del ejército y de las baterìas Independencia y Libertad, y tenía una obsesión, culminar su obra con una ceremonia patriòtica donde hubiese una bandera. Y le encarga a sus amigos que le faciliten esa posibilidad.

Pedro Tuella, reconoce que de todas sus hijas,aquella hija adoptiva tiene las mejores cualidades para hacerlo y le solicita a María Catalina cumplir el encargo del ilustre huésped. Cuando baja al sótano a buscar el paño de tela, la acompaña Manuel quien elige dos franjas, una blanca y otra “azul”.

-“La mandé construir azul y blanca”.. reza en las paredes del famoso Monumento a la Bandera en la barranca de la ciudad de Rosario, luego la historia y los que la escriben, unitarios de las luchas fratricidas que asolaron nuestro país, aquellos que le prohibieron usarla,  impusieron el color celeste, el de su insignia… Y como la historia la escriben los que ganan, nos educaron con el olvido del color azul.

María Catalina se encarga de cocerla y bordarla en solo cinco dìas. El 27 de febrero de 1812 Belgrano enarbola esa Bandera. Si bien no era usual, María es invitada a presenciar la ceremonia.

María Catalina Echevarría muere en 1866 y es enterrado su cuerpo y toda su historia en el cementerio del Histórico Convento San Carlos de la ciudad de San lorenzo.

Se necesitaron 200 años, para que un concejal(por gracia mujer), sugiriera su recuerdo en el parque sagrado, a la dueña de las manos que construyeran nuestra bandera Argentina,

   «…jirones de trapos en el cielo

unidos por tus manos María.

Jirones de heroìsmos y libertad

cosidos por tus manos María

Alabado el que las eligió

para unir la gloria de la Patria

en dos retazos de tela

de los colores sagrados.

jirones de trapos en el cielo

unidos por tantos años

unidos por tantas Marías..

Autor entrada: NORA POSSETTI