Origen complicado el del chamamé
Las teorías dentro de un encuadre científico en la búsqueda de las raíces y en la investigación de campo, han logrado verdaderos hallazgos que tratan de explicar el largo proceso de folclorización del chamamé.
Se habla aquí de etapas y momentos históricos, que aportan elementos para configurar una interpretación fenomenológica del tema. Un ejemplo es el libro Camino al Chamamé, que firman, Julián Zini y Julio Cáceres,
Se puede hablar de un elemento espiritual y filosófico en esta etapa inicial del chamamé, ya que es la ceremonia sagrada de los avá guaraní en la que participa toda la comunidad. Se desarrolla entre danzas y música de las mbaraka (que significa «Guitarra» en guaraní), alternadas con sermones del chamán.
El objetivo es fortalecer los vínculos entre los seres divinos y los miembros de la comunidad. Los chamanes, transmiten los valores culturales y los relatos míticos. Es la oportunidad para recordar la memoria colectiva, y a la vez es rito, celebración, fiesta y alegría.
En las Misiones Jesuíticas Guaraníes, la música alcanzó gran esplendor y desde uno de sus pueblos, Yapeyú, en la provincia de Corrientes, se gestó unos de los movimientos más importantes del panorama cultural.
Fueron centro de formación de músicos, de técnicos en construcción de instrumentos musicales, de grupos corales, de danza y de teatro, con un repertorio que no ofrecía diferencias con las escuelas europeas de ese tiempo.
“El chamamé es un rezo hecho canto y danza de la raza guaraní”
Pocho Roch se refirió así en una de sus últimas ponencias, fue en el marco del II Congreso Internacional del Chamamé. Allí se refirió a la génesis del género donde aseguró que “desde antes de 1.500 se rezaba chamamé”.
En esta charla Roch resaltó que todavía hay mucho por escarbar en torno a la gestación del Chamamé, que además de la música y la danza representa una profunda expresión popular que da identidad a toda una nación que se extiende mucho más allá de las fronteras argentinas.
“No es sencillo hallar el origen, porque siempre se cuenta la historia según los masacradores y no según los masacrados”, refirió el itateño y añadió, “A mis 78 años todavía sigo contando, porque no pudieron masacrarme”.