This Day in History: 2019-11-11

11 de Noviembre de 1878 – En un telegrama al nuevo ministro Julio A. Roca (Alsina había fallecido), el coronel Conrado Villegas le comunicaba la captura del cacique Vicente Pincén.

Su lugar de nacimiento es tan misterioso como el de su misma muerte, por eso elegí esta fecha para rendirle un merecido homenaje a este cacique que resistió hasta el final la colonización de sus tierras librada bajo la bandera del progreso y la civilización.

Algunos decían que había nacido en Guaminí, pero para fuentes consultadas por el historiador, diplomático, periodista y académico Estanislao Zeballos, Pincén era un indio nacido en Carhué y que hizo su fama en prácticas mal habidas: creció haciendo viajes desde la pampa de Buenos Aires a los valles andinos, traficando ganado robado en la República Argentina para llevarlo a Chile, «donde los indios eran recibidos como mercaderes honrados, mientras en nuestros campos dejaban marcado su paso con sangre y cenizas. En Chile les era comprada la hacienda a razón de un poncho por vaca, una botella de caña o aguardiente por yegua, como precios corrientes, sin perjuicio del negocio de prendas de plata, cuentas, armas y abalorios». También de acuerdo con esta versión, recreada en el libro de Zeballos, “Episodios en los territorios del sur” (1879), «La fama de Pincén subió de grado en los pagos andinos y lograba arrastrar en sus correrías y aventuras nuevos mocetones araucanos que, cediendo al espíritu aventurero y a la codicia, lo acompañaban a buscar fortuna; y como la bola de nieve, la clientela de Pincén aumentaba sin cesar.»

En su libro “Pincén, mito y leyenda”, el historiador Juan José Estévez reseña varias teorías contradictorias sobre el origen del cacique. Como la del historiador y antropólogo Milcíades Alejo Vignati quien asegura que los rasgos de Pincén no son los rasgos de un indígena cien por ciento. «Indudablemente hay mezcla, hay sangre india pero atenuada; casi podría asegurarse que no es fruto de primera mestización: es decir que uno de los abuelos ha sido el portador de la sangre indígena”. O la de otro historiador; Dionisio Schóo Lastra quien, en “La lanza rota” (1951), cuenta que las ancianas de la tribu de Pincén recordaban que el cacique era hijo de una cautiva cordobesa de Río Cuarto y que de ella había heredado el ser ladino (conocer los dos idiomas y, por eso, podía precaverse más que los demás) y la audacia que siempre mostró.

Según Schóo las ancianas contaban que Pincén había heredado el carácter de su madre, una cautiva blanca que se enamoró de un joven capitanejo que tenía por vocación el «amansar fieras», o sea, dedicado a la crianza y adiestramiento de pumas americanos y que por ello de joven lo llamaban Aillapan (ailla=nueve, pangui=león o puma). De la unión de ambos nació Pincén, quien fue un eximio cazador y adiestrador de pumas, actividad que habría aprendido de su padre.

De contextura atlética y robusta, con su metro ochenta de altura, Vicente Pincén se destacaba por sobre las siluetas de los demás indígenas. Frente a un ejército poderoso y pertrechado, su nombre comenzó a ser leyenda en su juventud en la zona de Pergamino por vencer a los militares con ingenio y ferocidad. Se contaba por ejemplo la vez en que Pincén y cien de los suyos volvían de un malón con cerca de 4.000 potros arrebatados de las estancias del lugar. «Dieron contra un cuerpo de línea que los aguardaba pie a tierra, cerrándoles con las bocas de sus armas el paso entre los cañadones. Los indios, sintiéndose perdidos, se volvieron a mirar al cacique como requiriéndole que resolviera la situación. Pincén, con un golpe de vista de buitre, improvisó con sus hombres una manga y lanzando por entre ella a los 4.000 potros espantados, los llevó contra los soldados que resultaron pisoteados y dispersos. Pincén ganó el desierto sin una baja y con todo el arreo»

O cuando hacía frente a los fusiles a repetición con un arma de su invención llamada el lazo: la llevaban dos caballos unidos por un lazo y en medio de éste, suspendida una bola grande de piedra. Se ponían al galope los caballos, que eran azuzados para que continuaran en esa ruta. La piedra golpeaba así el corazón del piquete haciendo el desparramo o impidiéndoles a los soldados tomar puntería, mientras los indios se acercaban con rapidez para ultimarlos.

En esta lucha entre indios y soldados, sólo se podía vencer con el ingenio porque, a diferencia de lo que sucedió en los Estados Unidos, con los comancheros o los traficantes de armas, en nuestras pampas los aborígenes no tuvieron acceso a las armas de fuego. Por el contrario, ya en 1877, cuando se inicia la última fase de la Campaña al Desierto, el soldado bien montado y con un sable estaba notoriamente en mejores condiciones de defenderse frente a un indio con una lanza de casi tres metros o portando la llamada bola perdida o bola de combate, por más diestramente que se la manejara. (El coronel Villegas solía decir que un soldado en estas condiciones equivalía a tres o más indios.) Y a esto había que sumar el Remington. Porque con el antiguo rifle de un solo tiro, que le insumía unos minutos al soldado volverlo a cargar, el indio sabía que era el momento oportuno para irse al humo y ultimar al soldado (de ahí la frase: «se me vino al humo»). Pero el Remington, un rifle a repetición, puso de una vez y para siempre a los indios en franca desventaja en el combate dejándoles la huida como única salida posible.

Pero más allá de su astucia, la fama de Pincén creció por su postura ofensiva contra el gobierno de Rosas en desmedro de la postura acuerdista y sólo a veces defensiva del cacique Calfucurá.

Según Estanislao Zeballos, «Pincén pasó a la historia como indio cabal, baqueano consumado, guerrero corajudo, cazador de fama, jefe montaraz, huidizo, con frecuentes cambios de hábitat (…) que emerge con fuerza su señera figura ofreciendo resistencia a todo intento de penetración militar en sus dominios. (…) Se distinguió siempre por su bravura y la efectiva táctica de rápidas guerrillas para mantener atemorizados a fortineros y pobladores. Se manifestó reacio a firmar tratados de paz; y cuando lo hizo, para asegurarse la entrega de raciones, abandonó la actitud pacífica ante el menor incumplimiento, dando muestras claras de su inveterado espíritu guerrero que de inmediato transmitía a sus capitanes, para así volver a malonear, una y otra vez, en el oeste y norte de la provincia de Buenos Aires, causando muertos, incendios y pillaje (La Picaza, Junín, La Mula Colorada; Fortín Vigilancia, Colonia de Brizuela, Fortín Bagual, Carlos Casares, Tapera de Díaz, Fortín Esperanza, Bahía Blanca).

Entre sus mayores audacias se cuentan el robo de los famosos Blancos de Villegas, el 21 de Octubre de 1877, cuando los indios se llevaron de la comandancia de Trenque Lauquen, 53 de esos caballos blancos, custodiados bajo siete llaves. Como viejos contrincantes, Pincén y el coronel Villegas se tenían gran respeto.

Fue Roca quien ordenó a Villegas batir a Pincén en sus propios dominios y conducirlo prisionero a Buenos Aires. Y Villegas cumplió. El Cacique fue detenido con su familia en Noviembre de 1878, cerca de la laguna Malal (noreste de La Pampa), y un mes después, arribó a la capital, para ser recluido en la Isla Martín García con parientes y otros de su tribu.

No hay datos exactos sobre su muerte. Hay quienes dicen que el cacique murió en la isla Martín García, en una segunda prisión tras cuatro años de libertad.

Otros aseguran que ya estando en libertad, Pincén decidió morir en Guaminí, donde para algunos habría nacido y donde vivió en sus años mozos y que por esto partió con algunos miembros de su familia hacia Los Toldos y después hacia su morada final, a orillas de la laguna El Dorado.

Dicen que la última vez que se lo vio, allá por 1896 ó 1897, el cacique juntaba maíz en las chacras de San Emilio. Dicen también que cuando se sintió morir Pincén viajó a Trenque Lauquen a despedirse de su familia. Y que su cadáver fue llevado por los blancos. Para otros, su cuerpo fue envuelto en cuero y arrojado a una laguna. Y Juan José Estévez se inclina por la versión de que algún familiar pudo haberse encargado de los restos y se hallen en custodia en algún cementerio.

11 de Noviembre de 1894 – Nace Juan Bautista Bairoletto en la localidad de Carlos Pellegrini, Provincia de Santa Fe. Bandido rural de fama legendaria.

Bairoletto comenzó a escapar de la justicia, allá por 1919, luego de matar a un policía, factiblemente un sargento, de la ciudad de Eduardo Castex, Provincia de La Pampa, llamado Elías Farach, en una disputa amorosa por una prostituta de ese lugar.

Su frondoso prontuario acumuló robos, hurtos, reparto de propaganda anarquista, asaltos y muertes. Pero ello no hizo mella en la admiración popular. Admiración que lejos de decaer se fue incrementando con cada nuevo crimen y nuevo escape.

Este bandido, ha sido conocido por robar a gente rica para dar a los pobres, quizá la razón por la cual se ganara su apodo de «Robin Hood Argentino» o el «Robin Hood Criollo» siendo un mito luego de su muerte.

Falleció en un enfrentamiento, en el cual se pegó un tiro, contra la policía en el año 1941, en la localidad de Colonia San Pedro de Atuel (o Carmensa) en la Provincia de Mendoza.

Tras su muerte se le han atribuido milagros y ha sido santificado por la devoción popular.

Se han compuesto muchas canciones en su homenaje y recordación, «El Gaucho Bairoletto» de Saúl Huenchul, lo nombra la «Milonga Baya» de Julio Domínguez. Pero ha trascendido nuevamente y revivido su leyenda, en la canción «Bandidos Rurales», compuesta por León Gieco.

11 de Noviembre de 1926 – Nace Pedro Floreal Cladera, en San Rafael, Provincia de Mendoza. Cantor, músico guitarrista y compositor.

Hijo de inmigrantes españoles, Doña Antonia Villalonga y Don Pedro Cladera, quienes llegaron a la Argentina a fines de 1916 provenientes de las Palmas de Mallorca (España), radicándose en San Rafael y dedicándose al comercio. El matrimonio fructificó en siete hijos: Francisca, Martín, Antonia, Margarita, Petrona, Andrés y el menor de la familia: Pedro.

Desde muy niño la música lo apasionó y su escuelita primaria (N°291 José Villanueva), lo tuvo como protagonista permanente de todos los actos que en ella se realizaban. Pero su gran debut se produjo cuando a los once años se presentó cantando en LV4 Radio Splendid de San Rafael. Allí conoció a otra niña cantora que, como él, también tenía once años: Carmen Tapia (Lita), quién con el correr de los años sería su esposa, y compañera de toda la vida. Se casaron en 1950. Ella tenía un conservatorio de música, enseñaba piano, teoría y solfeo, y él junto a su cuñado Rafael Tapia (Hermano de Lita), Abel “Tito” González, Ángel “Cacho” Ritrovatto, Juan Carlos “Pato” Rodríguez y Francisco “Rubio” Jiménez,  formaron un conjunto folklórico al que llamaron “Los Andariegos”. Pedro los dirigía, hacía los arreglos vocales (para la época muy renovadores, ya que los grupos de entonces se limitaban solo a cantar  en primeras y segundas voces, y ellos, armonizaban además con terceras, cuartas y quintas), hasta que en 1954 viajan a Buenos Aires a probar suerte como profesionales. Para entonces ya había nacido Lilian su única hija.

A fines del 59 se desvincula del conjunto, para comenzar en los inicios del 60 su camino como solista. La compañía discográfica Microfón, lo contrata como artista exclusivo y su Productor General: Don Mario Kaminsky, lo “bautiza” como «Chacho Santa Cruz».

Obras: Anoche estabas llorando – Argentina al Sur (con Pedro Farías Gómez) – Camino del hombre (con Pedro Tusoli) – Chaco Querido (con Luciano Bottini) – Como la vida (con Omar Hueda) – Con harina, vinito y aloja (con Daniel Altamirano) – Crepúsculo campesino – Decídete a marchar (con Carmen Tapia) – Domador sureño (con León Benaros) – El huerfanito y el rey (con Juan Gianniti) – El poema nunca muere (con Lilian del Carmen Cladera) – Esperanza de mi pueblo (con Carmen Tapia) – Flores y abrojos (con Pedro Aguirre) – Hombres y perros (con Julio Cesar Gutiérrez) – Hoy es navidad (con Julio Cesar Gutiérrez) – Jarilla y salitre – La galleta trincha (con Luis Landriscina) –  La nueva casa (con Juan Carlos Nieto y Carmen Tapia) – La ranchera del paisano Julio (con Rafael Tapia) – Liturgia Huarpe (con Abel González) – Los versos de la milicia (con León Benaros) – Más acá del colorado (con Aníbal Forcada) – Matecito compañero (con Carmen Tapia) – Me llaman zamba – Mendocinita – Mi chola (con Felipe Ritrovato) – Mi vendimiadora (con Waldo Belloso y Carlos Torres Vila) – Navidad, que buena sos (con José Adolfo Gaillardou) – No te rías (con Carmen Tapia) – Nostalgia sureña (con Arsenio Aguirre) – Pa Don Hilario (con Julio Gutiérrez Martín) – Pampa chúcara (con Ciro ovejero) – Pensar nomas por pensarte (con Pedro Tusoli y Carmen Tapia) – Peoncito Humilde (con Carlos Lucero) – Pulsando el leño – Que tiene la Patagonia (con Carmen Tapia) – Rebelde y vagabundo (con Pedro Aguirre) – Romance de los abuelos – Sauce y niñez (con Mateo Villalba) – Si quieres ser bueno (con Daniel Toro) – Soy sembrador (con José Adolfo Gaillardou) – Todo pasa, todo llega – Tu adiós (Con Juan Carlos Sánchez) – Una gota dentro del mar (con Carmen Tapia) – Una moto resaviada (con Tomás Gogorza) – Uvitas de mi tierra (con Adela Tapia) – Velay mi pena (con Roberto Zanoni) – Zamba de los hacheros (con Ángel Molina) – Zorzalito cuyano (con Adela y Carmen Tapia), entre otras.

El HistoriadorPOR FELIPE PIGNA

11 DE NOVIEMBRE
Día de mundial de la ciencia para la paz y el desarrollo a instancias de la Confederación General de la UNESCO, que así lo dispuso en 2001.
1771: Nace en Buenos Aires el brigadier general Martín Rodríguez. Participó en la Reconquista de Buenos Aires, el 12 de agosto de 1806 y defendió la ciudad del ataque inglés también en 1807. Apoyó la causa patriota durante los sucesos de Mayo de 1810. Participó junto al general Manuel Belgrano en la expedición al Paraguay. Participó más tarde en la batalla de Salta, el 20 de febrero de 1813. Formó parte del Ejército Norte. Se batió en El Tejar y el Puesto del Marqués. Peleó más tarde en las derrotas de Venta y Media y Sipe-Sipe. En 1820 fue nombrado gobernador de Buenos Aires. Tuvo como ministros a Manuel José García y a Bernardino Rivadavia. Emigró más tarde a Montevideo donde murió el 5 de marzo de 1841.
1799: Nace en Buenos Aires el general Mariano de Acha. Peleó en la batalla de Cepeda en 1820 y junto a los generales Juan Galo de Lavalle y José María Paz. Peleó en la batalla de Angaco. Fue fusilado por razones políticas en San Juan el 16 de septiembre de 1841.
1819: Se produce un levantamiento en Tucumán, que daría origen a la República de Tucumán, presidida por Bernabé Aráoz.
1819: El capitán uruguayo Abraham González se rebela en Tucumán contra el general Manuel Belgrano y lo envía a prisión.
1821: Nace en Moscú, Rusia, el novelista Fiódor Dostoievski. Entre sus obras figuran Crimen y castigoEl jugador y Los hermanos Karamazov. Murió en San Petesburgo el 9 de febrero de 1881.
1845: El gobierno del Paraguay, el gobernador de Corrientes y el general José María Paz sellan una alianza contra el general Juan Manuel de Rosas.
1859: Se ratifica el Pacto de San José de Flores firmado el día anterior con la mediación del mariscal de Paraguay Francisco Solano López. Por medio de este acuerdo, Buenos Aires se reincorporaría a la Confederación Argentina y se reuniría una convención provincial dentro de los veinte días posteriores para examinar la Constitución Nacional.
1861: La batalla de Pavón, donde triunfaron las fuerzas del general Bartolomé Mitre, motivó un levantamiento del partido liberal de la provincia de Corrientes, encabezado por el coronel Juan M. Romero, que terminó con la deposición del gobernador José María Rolón.
1875: Se inaugura el Parque 3 de Febrero, en Palermo, donde tuvo su residencia el general Juan Manuel de Rosas, conocido como El rosedal.
1894: Nace en Colonia Algarrobo, actual Carlos Pellegrini, Santa Fe, Juan Bautista Vairoletto, bandido rural, llamado Robin Hood de las Pampas», » padre de los humildes» o «gaucho de los desamparados», por robar a los ricos para ayudar a los pobres, Murió el 14 de septiembre de 1941.
1928: Nace en Panamá el escritor mexicano Carlos Fuentes, uno de los narradores más destacados de la historia de su país. Entre sus obras se destacan Los días enmascaradosLa muerte de Artemio CruzLa región más transparenteAurora, etc. Murió en el D.F., México, el 15 de mayo de 2012.
1951: El general Juan Domingo Perón es reelegido presidente de la Argentina. No llegó a concluir su mandato. Fue derrocado por un golpe de Estado el 16 de septiembre de 1955.