La letra de “Zamba de mi esperanza” no tiene un claro contenido político o social, pero aún así fue prohibida años más tarde, en 1976, por la dictadura militar que ocupaba el poder. En apariencia se trata de una canción que trata de la relación entre el compositor, su proceso de creación y el resultado final de su obra: la zamba. Desde su primera estrofa habla de la esperanza, un “sueño del alma” que “a veces muere sin florecer”, para pasar a explicar en las siguientes el proceso de la “mezcla” con frases como “tu canto derrama amor” o “va envolviendo su corazón”. Todas ellas adornadas por la fuerza de un estribillo en el que Profili cambia el destino de sus versos para dirigirse a la “estrella”, símbolo de la noche, que lo “escucha” y es testigo “de su padecer”, a la vez que le ruegan poder seguir cantando y queriendo. Sus últimas estrofas encierran ya un mensaje más “existencial” hablando del desamor y la muerte; son más pesimistas por el implacable paso del tiempo, “el tiempo me va matando”, y terminan con un “soy polvareda que al viento va”, pidiéndole a la “zamba” que no lo deje porque… “sin tu canto no vivo más”.
Fue en el Festival de Cosquín de 1978 cuando Jorge Cafrune le quiso dar un contenido político mientras la cantaba a petición del público junto a otros temas “problemáticos”. Haciendo caso omiso de la prohibición, antes de entonarla dijo: “Aunque no esté en el repertorio autorizado, si mi pueblo me la pide la voy a cantar”. Muy poco tiempo después falleció, tras ser atropellado por una camioneta que se dio a la fuga, cuando se dirigía a caballo a Yapeyú. Un accidente del que aún persisten dudas sobre si pudo ser o no un asesinato político ordenado por la dictadura. Su hija Yamila siempre ha dicho que la Junta Militar consideraba que “Zamba de mi esperanza” debía ser censurada por la excesiva importancia que concedía al sentimiento de la esperanza.