HUGO GIMÉNEZ AGÜERO

Canto de raíz patagónica

Hugo Giménez Agüero, hijo de Vicente Giménez y Lorenza Agüero, nacido el 25 de Agosto de 1944, y oriundo de Balcarce, Provincia de Buenos Aires. Pero fiel a su ferviente apego a la Patagonia adoptiva, decía que era de Río Gallegos porque:

“Nacer en un lugar es un accidente, ser de un lugar es una decisión de amor”

Fue el quinto de ocho hermanos y se llamó Hugo Jorge Giménez. El Agüero fue adosado a su identidad cantora como homenaje filial a Doña Lorenza.

Hugo Giménez Agüero decía no saber exactamente de dónde venia su pertenencia al canto y a la música, pero recordaba que de chiquito (tres años) ensayaba los primeros sonidos de su pequeña voz, cosas como “La vieja serenata” o “Al pié de tu reja”, con una guitarra de juguete, y se presentaba en el comedor de la casa paterna. Cantó en los actos escolares y en improvisados “recitales” en los galpones, rodeado de sus compañeritos de entonces.

A eso de los doce años escribió su primera canción, como jugando.Desde chico hacía locución con una latita de conservas e imitaba números de circo” cree haber sido artista antes que cantor. Con el correr del tiempo aparecieron otras cosas: zambas, milongas, “cosas que componía”.

A los 16 se fue de Balcarce. El primer punto de aventura fue Montevideo y luego la provincia de Buenos Aires, con la guitarra a cuestas y su primer encuentro con el público.

En el 62, los esbozos de una carrera profesional se dieron con un trío: “Los Reseros”, que Hugo integró junto a Garrido y Cruz. Las presentaciones fueron hasta el ´64, cuando le tocó el servicio militar. La “colimba” fue en Río Gallegos. Allí fue la revelación de un mundo que lo marcaría para siempre:

La Patagonia

Dice: “Ahí me quedé para siempre” y agrega: “ahí nací de nuevo, crecí como persona, como hombre. Siempre estoy mirando al Sur. creo que el sur es un lugar que cuando lo conocés, te hace parir. Es como si tuvieras el hijo de la raíz”. “Ser de Santa Cruz es un orgullo y una decisión propia”.

En el viaje hacia Santa Cruz nació su primera canción con temática patagónica. se llamó “Por el Sur de Piedra Buena”. Corría el año 1965.

Hugo Gimenez Aguero locutor

Su otra pasión: la locución

En Santa Cruz comienza también su otra profesión, la locución, en L.U.12 Radio Río Gallegos. En 1966 comienza en L.U.14 Radio Provincia de Santa Cruz, la emisora oficial. También con mucho éxito realiza un programa de tango en televisión.

Mientras, seguía componiendo temas para Santa Cruz, primero con ritmos de baladas o canciones, luego comienza a investigar la flora, fauna, costumbres de la gente del Sur. Había mucho y muy rico, pero le faltaba “el ritmo”, hasta que conoció a Oscar Giménez, un músico que recopilaba ritmos tehuelches por toda la Patagonia y a través de sus cintas descubre la belleza de los ritmos indígenas. “Los paso a la guitarra, le pongo mi propia creación y empiezo a componer poesía referente a Santa Cruz”. Así el cantor empieza a insertarse en el mundo tehuelche.

Por esos tiempos aparece en su vida el estudioso Mario Echeverría Baleta, quien le enseña la lengua tehuelche. “Me enseñó también cada uno de los picaderos de flechas, cada uno de los asentamientos indígenas y los nombres de las plantas, arbustos e hierbas de Santa Cruz”, recuerda. Nace entonces uno de sus clásicos: Malambo Blanco.

Mager Cuaterno - Mario Guatti - Hugo Giménez Aguero

Mager Cuaterno – Mario Guatti – Hugo Giménez Agüero

Ganando para siempre en esta cosmovisión patagónica decide intensificar sus conocimientos. Es entonces cuando conoce a quien fuera uno de sus grandes amigos, un tehuelche llamado Maguer Cuaterno, uno de los últimos indígenas de esa raza. Con él comparte un viaje junto a su otro gran amigo Mario Guatti, con quienes recorre casi todo el territorio santacruceño, donde toma contacto con otras personalidades de esa raza, como Rosa Vargas, o don Rinahuel, entre otros.

Fueron treinta días vertiginosos de silencios que envolvían los climas y paisajes del sur, fueron treinta días de palabras en tehuelche. “Me enseñó a vivir la Patagonia, a conocerla”. Corría el año 1980. “Así fue como enriquecí mi obra”,“Empecé a cantar la lengua tehuelche” contaba Hugo. Las chorrilleras, la milonga andina, el kaani, el malambo sureño, ya formaban parte de su canto.

Y ahora Buenos Aires y el canto de la Patagonia

En 1975 se traslada a Capital Federal, algo inevitable para todos los artistas: “Golpearse en Bs. As. era crecer”, más aún tratando de mostrar algo nuevo y totalmente desconocido para el público de la Capital. Así como casi todos, hace todas las peñas y menciona una: La Salamanca: “ese fue un lugar inolvidable, donde la gente escucha al artista y éste crece con el público”. También paseó su canto por Universidades y circuitos turísticos. Por supuesto que no faltaban festivales y su favorito: Pico Truncado en Santa Cruz, festival que lo vió como animador, durmiendo al aire libre y años después con la guitarra y el decir patagónico, ya artista consagrado.

 

familia

En 1982 lo recibe el escenario mayor, el Festival de Cosquín tan ansiado para todo artista folklórico, y es distinguido con la mención a la autenticidad y Consagración Cosquín 1982. En esa misma edición es designada revelación la Sra. Marta Pirén con: “Chalten”.

Pero antes, en 1979, tiene su primera posibilidad de llegar al sueño de un disco, y lo tuvo a través de Teodoro Cuenca y su sello “SONORO S.A.”. Hugo Giménez Agüero costeó los gastos de grabación y finalmente salió a la calle “Al Sur Santa Cruz” y poco después “Desde la Patagonia Austral”.

Pero este inquieto artista se dio cuenta de que el camino de su obra era a través de la autogestión. Formó entonces su propio sello discográfico: “NA-QUEL” y comienza su producción hasta el año 1996, ya que después sigue produciendo con otras compañías discográficas como SONY, EPSA, GLD, PHONO PAY, llegando a completar 21 obras en su carrera.

Trágico final.

Hugo Giménez Agüero falleció el 27 de septiembre del 2011, pasadas las 22 horas, en un trágico accidente automovilístico ocurrido en la Ruta Nacional 3, en las cercanías de Bahía Blanca. Sus restos fueron trasladados a Río Gallegos donde se llevó a cabo su velatorio.

estrella

Partiré con el alba, con el mismo destino de siempre, un camino detrás de mi piño blanco. Quizás mañana halle el final o el principio o no vuelva por los mismo lugares, tal vez un día me sorprenda a mí mismo durmiendo en un mostrador el vino de tantos inviernos, y cuando falte los que vengan querrán saber mi nombre y mi nombre estará allí, en las matas y el calafate, lo cantarán los vientos y las mesetas con la música del desierto y volveré a ser el ovejero, naciendo del áspero y verde coirón.

 

Autor entrada: Osvaldo La Bruna