PARQUE ARQUEOLÓGICO SANTA FE LA VIEJA – CAYASTÁ

PARQUE ARQUEOLÓGICO SANTA FE LA VIEJA – CAYASTÁ.

FUNDACIÓN DE SANTA FE POR JUAN DE GARAY. HISTORIA.

“Yo, Juan de Garay, capitán y justicia Mayor en esta conquista y
población del Paraná y Río de la Plata… fundo y asiento y nombro esta
ciudad de Santa Fe, en esta provincia de Calchines y Mocoretáes” estas
son palabras del acta de fundación de la ciudad de Santa Fe, realizada
un domingo 15 de noviembre de 1573 en la barranca occidental del río
que hoy llamamos San Javier. El objetivo de esta fundación era “abrir
puertas a la tierra”, es decir ser escala en los caminos terrestres y fluviales
que comunicaban el Paraguay y el Río de la Plata con Tucumán, Cuyo,
Chile y el Alto Perú.
La ciudad se edificó según la traza típica de las ciudades españolas en
América: con las calles cortándose en ángulo recto como en un tablero
de ajedrez, con seis manzanas de este a oeste y once de norte a sur.
Las actividades civiles y religiosas públicas tenían su sede en las
cercanías de la Plaza de Armas, donde se edificaron el Cabildo y las
iglesias. En la Plaza se hacían las “muestras de armas” cuando había
que salir a defender la ciudad; las procesiones religiosas, los festejos y
celebraciones públicas, como las corridas de toros y otros juegos, los
“pregones” de las noticias importantes y a veces también el mercado.
Los vecinos principales, como Juan de Garay, levantaron sus casas en
los solares cercanos a la Plaza. Las manzanas de la periferia urbana se
dedicaban al cultivo de frutales y viñas.
Cartografía jesuítica donde se ve Asunción y Santa Fe (1647)
Fuera de estas sesenta y seis manzanas se dejó un espacio para el uso
común y crecimiento de la ciudad llamado “ejido” más lejos se repartieron
las tierras para chacras o “tierras de pan llevar” y también las estancias para
la cría de ganado.
Después de casi ochenta años de su fundación, hacia mediados del siglo
XVII, el Cabildo ordenó la mudanza de la ciudad, unas quince leguas más al
sur, en la desembocadura del río Salado, así surge Santa Fe de la Vera Cruz,
actual capital provincial. Los motivos del traslado se relacionan con el
avance de las poblaciones de aborígenes calchaquíes sobre las estancias
santafesinas, con el aislamiento de la ciudad en tiempos de crecientes y
con la erosión de la barranca.
El paso del tiempo y la naturaleza se encargaron de enterrar los restos y
vestigios de la ciudad vieja. Recién en 1949, Agustín Zapata Gollán, Director
del Departamento de Estudios Etnográficos y Coloniales, inició las
excavaciones que nos devolvieron los restos de la primitiva ciudad, que evidencian la vida de aquellos primeros
pobladores: españoles, mestizos, indios, africanos y mulatos.
Hoy la importancia de Santa Fe la Vieja es reconocida a nivel nacional e internacional como testimonio significativo de
las ciudades hispanoamericanas en los primeros tiempos de la conquista y colonización. El sitio ha sido declarado
Monumento Histórico Nacional por decreto nro. 3129 del 25-03-1957. Las características del sitio lo han convertido en un
referente ineludible de la arqueología histórica argentina y americana. Sus posibilidades didácticas despiertan interés
entre visitantes de diversas edades, niveles de formación y procedencia ya que es un recurso valioso para comprender
y dimensionar la vida urbana en los primeros tiempos del proceso de conquista y colonización de América.

ACTUAL PARQUE ARQUEOLÓGICO SANTA FE LA VIEJA – CAYASTÁ.

PATRIMONIO.

El Parque Arqueológico Santa Fe la Vieja tiene una extensión de 69 hectáreas corresponde a las dos terceras partes de la traza fundacional. Dentro de esta se conservan testimonios materiales de la antigua ciudad desde su fundación en 1573 hasta su mudanza en 1660. El registro arqueológico da cuenta de una sociedad compleja y pluriétnica en la que convivieron españoles, mestizos, aborígenes y africanos.

Dentro de la traza, se ubican el remanente de la Plaza de Armas, las iglesias conventuales de San Francisco, Santo Domingo y La Merced, el Cabildo y un número significativo de viviendas, entre ellas: las de Cristóbal de Garay, nieto del fundador, y las de Alonso Fernández Montiel, Francisco de Páez, el escribano Juan de Cifuentes, Juan González de Ataide y Manuel Ravelo.

De las construcciones originales se conservan partes bajas de los muros y sus cimientos, construidos con la técnica de tapia o tierra apisonada, además de fragmentos de tejas.

En relación con estas estructuras, las investigaciones arqueológicas han puesto a la luz un importante caudal de objetos que testimonian la vida de la ciudad hasta mediados del siglo XVII: cerámica indígena, hispano-indígena y española, porcelana oriental, tejas, ladrillos, monedas, medallas, cuentas de collares y rosarios, amuletos, útiles de labranza y herramientas. Una parte representativa de estas colecciones se exhiben en el museo de sitio, ubicado dentro del Parque arqueológico.

En el interior del recinto de las iglesias las excavaciones dejaron al descubierto los restos de los pobladores allí enterrados, de dos centenares de sepulcros se pudieron identificar algunos de los más importantes, entre ellos los de la hija de Garay, fundador de la ciudad, y su esposo Hernandarias de Saavedra, el primer gobernador criollo del Río de la Plata.

Lamentablemente en Diciembre 2021 se produjo un incendio que destruyó parte del Parque y las obras de reconstrucción son muy lentas, por lo que hoy gran parte del mismo no pueden ser visitadas. Por otra parte la falta de mantenimiento del lugar hace que las estructuras, las iglesias, y los restos de la antigua ciudad estén bajo galpones de chapa o bajo los yuyos y no pueden ser observados por los visitantes.

​FOTOGRAFÍAS DE LA VISITA REALIZADA POR FOLKLORE EN RED EL 16-05-2022

Autor entrada: Osvaldo La Bruna