Con un homenaje a Juan Saavedra, «el bailarín de los montes», el ballet Camín mostró en escena a uno de los mayores referentes de la renovación de la danza. En el cuadro central la figura del mítico coreógrafo, que en breve ha de cumplir 80 años, deslumbró a la plaza que a esa altura mostraba un alto porcentaje de su capacidad.
Como todas las noches los conductores muy elegantes y certeros en su función.
En ésta cuarta noche de la nueva edición del Cosquín 2023, tuvo uno de los comienzos musicales de arte superlativo: Lito Vitale, Luis Salinas y Juan Salinas (hijo de Luis). La puesta en escena se donominó «Desde el alma», en honor al padre de Lito, que cuando éstos artistas se juntaban a tocar algo les insistía siempre «ustedes tienen que hacer Desde el alma.
Y asi fue. Dos enormes y talentosos Lito y Luis, acompañados en percusión y voz por el hijo de Luis, Juan Salinas, versionaron el vals de Rosita Melo a la manera que nos tienen acostumbrados. Siguieron temas como La pesada, A Monteros, Zamba de mi esperanza.
Párrafo aparte para quien, según en conferencia de prensa, tocó por primera vez el bombo en público, Juan Salinas, quien también se lució en un solo con guitarra eléctrica cantando «Alfonsina y el mar».
Carolina del Carmen Peleritti mostró en escena que atrás ha quedado su pasado de modelo de rostro exótico y que se ha convertido en una mujer estudiosa de lo que hace para entregarlo con absoluta profesionalidad. Amilcar Abalos (nieto de Adolfo Ábalos) y el guitarrista Diego Rolón fueron sus acompañantes. Aparte de clásicos como Chacarera de Chilalo y Chaya de la soledad, Carolina se animó a mostrar un tema propio, «Aleteo».
Los ganadores Pre Cosquín venidos de la provincia de Neuquén tuvieron su espacio y agradaron profundamente a la plaza. Nicolás Pérez (categoría Tema Inédito) y Federico Pérez (categoría Dúo Vocal) lograron que el público de la cuarta noche coscoína permaneciera en silencio y apreciara con mucha atención la propuesta de éstos muy jóvenes artistas.
María Fernanda Juárez, también pudo presentar temas propios, como los de su nuevo material discográfico «Cuando ellas bailan». Muy aplaudida fue su versión de Zamba del Chaguanco. Y fue con Pachi Herrera que se animó a un bailecito del músico.
Oiga Orquesta fue una propuesta disruptiva si vale el término. Se trata de 20 músicos en el escenario, con un repertorio de temas propios, donde la consigna fundamental fue «la salida es colectiva» en referencia a éstos tiempos.
Bruno Arias con una propuesta de canciones nuevas y sus clásicos acercó al público una propuesta fresca e inclusiva con alto contenido social en las letras.
Los Alonsitos, salvo «Eterno Amor» de Martín Paz, el resto del repertorio es ya conocido, entretuvieron a la Plaza.
Luego fue el turno de Milena Salamanca con su disco Milena (Producción de Raly Barrionuevo) quien decidió ratificar en ésta oportunidad, sus inicios como bailarina.
Cierre a cargo del Dúo Coplanacu quienes, como en los míticos momentos del templo del folklore, siguieron cantando bajo la lluvia mientras una Plaza inamovible bailaba chacareras, gatos y escondidos.
